Descripción
Laura es personal único en una escuela primaria rural de un departamento del centro-norte de la provincia de Córdoba. La escuela que dirige y cuida carece de numerosos recursos básicos. Para hacer frente a algunas de las necesidades de la institución cuenta con un generoso vecino: el dueño del campo vecino. En la misma zona, Fabián es veterinario y atiende al 90% de los campos con animales que hay por allí. Pero Fabián es también docente en una escuela secundaria semi-rural del departamento. En la cocina de esa escuela, conversa y discrepa con un colega y una Coordinadora de Curso, mientras los tres son entrevistados. Pedro trabajó hasta sus 70 años criando terneritos y “topando monte”. El día que se retiró ya no había en el campo lugar donde vivir, pero sí dinero para comprarse una casa en la ciudad. Carlos, por su parte, tiene 16 años de servicio como Coordinador departamental del Programa de Asistencia Integral de Córdoba, con el que se alimentan diariamente alumnos y alumnas de escuelas de la provincia. Conoce pueblos y escuelas del departamento como la palma de su mano. Para todos ellos, la ruralidad y las instituciones educativas rurales forman parte de su cotidianeidad… tanto como el mar de soja y maíz transgénico que inunda el paisaje en el que viven y circulan diariamente, y que es fumigado con plaguicidas al menos cinco veces por año.
Abordar etnográficamente las distintas experiencias vitales de estos sujetos para indagar en la temática de las escuelas rurales fumigadas supone un desafío particular. Me refiero a lo que entiendo como el desafío de registrar -detrás del aparente “silencio social” que se teje en torno a las fumigaciones- los escasos signos de una controversia política existente, pero invisibilizada por las relaciones de poder locales ante la pregunta de una investigadora foránea. Este desafío confronta, en primer lugar, las formas propias de concepción de lo político/la politicidad con formas otras de experimentar el involucramiento, la crítica velada, o los actos de oposición. De allí el título de este trabajo, en el cual me permito interrogar la transparencia o la naturaleza nativa –no así la veracidad- de la categoría “fumigadas” como descriptora de las escuelas rurales estudiadas. En segundo lugar, este desafío también nos confronta a las marcas siempre singulares de la relación del antropólogo/la antropóloga con su campo empírico, y al devenir obturante/potenciador de la investigación que de dicha relación se desprende.
La reflexión metodológica –y por lo tanto también epistemológica- en torno a estas cuestiones será entonces el objetivo principal de este trabajo. No obstante, a la par de esta reflexión, iré reconstruyendo el paisaje hegemónico de un universo social rural atravesado por transformaciones estructurales que desencadenan procesos de exclusión y profundización de las desigualdades. La falta de manutención de las redes viales, la crisis en la prestación de servicios como transporte público, actividades recreativas o formativas, el acceso a efectores de salud o las nulas oportunidades laborales para jóvenes y adultos se muestran como distintas dimensiones que -además de los efectos ambientales y sanitarios de las fumigaciones- expresan las contradicciones del modelo productivo actual en el agro pampeano. En medio de esas contradicciones, las escuelas rurales ven transformadas sus dinámicas, sus actuaciones y los sentidos de su existencia. El lugar que guardan en relación a la sociedad que las configura continúa siendo, no obstante, sumamente significativo: en ellas se condensan y desencadenan, aunque en un lenguaje político particular, las disputas y controversias sociales.
Palabras Clave:
Escuelas rurales-fumigaciones -silencio social-politicidad- transformaciones agrarias
