Descripción
En este trabajo nos proponemos socializar parte de los avances de la investigación en curso derivada del proyecto acreditado “Prácticas de evaluación en la formación docente en artes” -PIACYT-UNA, dirigido por Marina Burré y co-dirigido por Victoria Orce. En el proyecto original, definimos como propósito más amplio de la investigación el de estudiar las buenas prácticas de evaluación que se efectúan en la formación de docentes de los Profesorados de Danzas y de Artes Visuales de la UNA. En esta línea nos propusimos indagar los modos en que las distintas tradiciones vinculadas a la formación docente tensionan, discuten, aportan o redefinen las prácticas de evaluación en la formación docente en artes. A partir del relevamiento que llevamos a cabo para conformar el proyecto original, encontramos que el tema de la evaluación tiene una importancia central, dado que si bien la evaluación es una práctica muy extendida en todos los niveles del sistema educativo, adquiere unas características particulares cuando se trata del campo de las artes. Planteamos una metodología de corte cualitativo que nos permita describir e interpretar las prácticas de evaluación que, en el caso de las artes, suelen presentarse en tensión con respecto a las formas más tradicionales de evaluación. Sumamos además nuestro interés por indagar los modos en que las concepciones de enseñanza artística se manifiestan en las prácticas evaluativas (en especial aquellas que se definen como buenas prácticas) e interpretar los sentidos y concepciones que subyacen en las mismas. Se incluye así la perspectiva crítica, en el sentido de considerar las estructuras objetivas y subjetivas, la ideología, los posicionamientos y el conflicto en los procesos a analizar.
Para esta ponencia nos proponemos reseñar dos aspectos de la investigación en curso:
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Por un lado, la construcción de algunos problemas teóricos referidos a la evaluación en el nivel superior en general y a la evaluación en la formación docente en artes en particular.
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Por el otro, la presentación de algunos resultados del análisis de las entrevistas realizadas como parte del trabajo de campo.
En relación al primer punto, hemos construido, a partir del cruce entre algunas categorías del marco teórico y nuestras propias experiencias como docentes e investigadoras, cinco problemas centrales para el estudio de las prácticas de evaluación:
Primer problema: la evaluación como generadora de jerarquías que inciden sobre las trayectorias educativas y laborales. Ante la falta de consensos acerca de las formas y normas para evaluar, la evaluación suele constituirse como definición de un cierto modelo de alumno que da lugar a constructos dicotómicos: el alumno aplicado y dócil contrapuesto al alumno imaginativo y autónomo.
Segundo problema: La función predominante de la evaluación en la universidad es la de certificar saberes mínimos al cierre de un ciclo de enseñanza. Esta función, propia de las tradiciones academicistas que fundamentaron los planes de estudio de las profesiones liberales del S XIX, se naturalizó en la universidad, constituyendo una práctica instituida que desestimó otros modelos didácticos innovadores, por ejemplo, las variadas propuestas didácticas de la evaluación como proceso, la autoevaluación, etc. La evaluación tradicional siempre culmina y cierra un proceso de enseñanza y de aprendizaje, tiende a compartimentar los conocimientos así el curriculum real resulta una sumatoria conocimientos acreditados por la evaluación.
Tercer problema: las tensiones entre los modos de evaluación en educación artística más tradicionales vs. y modelos alternativos de evaluación de mayor relevancia en las artes. Corresponden a los modos tradicionales que buscan la constatación 'objetiva' de conocimientos en tensión con los modelos alternativos considerados de mayor relevancia en artes centrados en la expresión y la creatividad.
Cuarto problema: la evaluación en artes como práctica eventual o ausente. En atención a las tensiones antes referidas, la evaluación en el sentido tradicional puede constituirse en un interrogante extremadamente difícil (o imposible) de responder y, en consecuencia, se incluye en las prácticas sólo de modo esporádico o, directamente, no se realiza.
Quinto problema: la evaluación de resultados como fuente potencial de deserción y desaprobación de asignaturas artísticas. Entendemos que este problema es tal en tanto consiste en la priorización de evaluaciones de resultados uniformes en base a modelos “anticipados” de realización, y es producto de ejercitaciones repetitivas y mecánicas de una acción, donde queda por fuera la construcción de sentido del estudiante.
En relación al segundo punto, esto es, los resultados preliminares del trabajo de campo, presentaremos algunas categorías construidas a partir de las entrevistas a docentes de las cátedras involucradas en nuestro estudio, acerca de la evaluación en relación a los estudiantes de profesorado de artes, los docentes, las concepciones de arte y la enseñanza y la formación en la universidad.
Dado que por diversas razones locales e internacionales la producción de conocimientos sobre las articulaciones entre Artes y Educación conforma todavía un campo a explorar, apostamos a que los resultados de esta investigación constituyan aportes que colaboren a la ampliación del conocimiento de esas articulaciones, en particular, del propio a las prácticas evaluativas actuales.
