4-6 diciembre 2019
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
America/Argentina/Buenos_Aires timezone
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Puentes entre el adentro y el afuera del aula

No programado
20m
Campus Universitario (Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires)

Campus Universitario

Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires

Paraje Arroyo Seco s/n, Tandil, Buenos Aires, Argentina
Simposio 8: Arte, formación docente y evaluación. Tensiones y debates desde la investigación educativa (Modalidad abierta)

Descripción

Puentes entre el adentro y el afuera del aula
Nora Bender - Violeta Cincioni - Paz Garberoglio

 Es complejo formar maestrxs en un contexto en el que abunda el desborde de las relaciones virtuales, a distancia, en la extremidad de la mirada como modo ilusorio de encuentro, mirada virtual que excluye el cara a cara, el cuerpo a cuerpo. ¿Cómo lograr experiencias significativas que no reproduzcan esa cultura del consumo, del patriarcado, de la obediencia, cuando somos constantemente increpados por la publicidad, aturdidos las 24 horas por estar conectados a las redes sociales y a la sobrecarga de información que difunden los medios hegemónicos?

¿Cuál es el poder que le queda a la escuela frente a esta demoledora maquinaria? Se hace imprescindible hoy, en la escuela, un acercamiento crítico a las imágenes que dé lugar a la pluralidad de voces y de miradas, que se abra a espacios alternativos, diversos, disidentes, desobedientes, descolonizadores... no simplemente otro espacio, sino una multiplicidad de puntos desde donde generar un aprendizaje emancipador (Meirieu).
¿Cómo vincularse entonces con el contexto, el afuera de la escuela, y trabajar con y desde la pluralidad?

Coincidimos en que la escuela sigue siendo un espacio de reunión, la posibilidad de un aprendizaje vivencial, que contemple la experiencia sensible del cuerpo, que es afectado por la emoción y que inevitablemente se expresa a través de sus gestos; y de la interacción de esos cuerpos en el espacio común. Este es un punto que nos interesa particularmente poner en relevancia en nuestros espacios de formación de maestrxs.

¿Cómo dotar al espacio de la escuela del poder creador del arte que desestabiliza, pone en crisis y a su vez permite construir colectivamente?

Algunas de las propuestas con las que intentamos provocar a lxs estudiantes y promover cambios en sus posiciones subjetivas son las salidas en horario de clase a teatros o espacios de exposición de artes visuales. Estas amplían el capital cultural de lxs estudiantes y además, al ser instauradas como una clase, permiten validar la mirada subjetiva y poner en palabras ese encuentro con el hecho artístico que es la pura experiencia. Este encuentro, al que se va con la palabra y con el cuerpo, nos saca del lugar de espectador y nos acerca a la creación. A la creación como experiencia personal y colectiva. Hay un contenido a comunicar y se hace necesaria la presencia de dispositivos, aquello que Eisner llama formas de representación. “Estas son vehículos a través de los cuales contenidos que son del mundo de lo privado adquieren la condición de público...”

La oportunidad de disfrutar de una experiencia estética de forma colectiva propicia otros vínculos, ya que se ponen en juego emociones y acciones que no ocurren habitualmente dentro del formato más tradicional de clase. A la vez, ofrece la posibilidad de analizar elementos propios de los lenguajes expresivos sin la mediación de dispositivos que distorsionan y aplanan su real dimensión.

Por otro lado, también pensamos que promueven efectos en la constitución de su posición subjetiva en la medida que producen movimientos en sus puntos de vista, y lxs invitan a considerarse posibles recreadores del capital simbólico propio y de su comunidad y amplía el espectro de sus posibles preferencias.

En nuestros espacios de formación, entra en diálogo con lo anteriormente señalado, la propia participación de lxs estudiantes como aprendices en las clases de arte. Experiencia que les permite identificar distintos lenguajes artísticos y reconocerlos como referentes de otras producciones culturales cercanas anteriormente incorporadas acríticamente a su repertorio de consumo y valoración. De este modo, ensayando su rol como espectadores y productores, pueden achicar la brecha existente entre la ´minoría especializada´, y la mayoría ´poco dotada’.

La incursión en el “más allá” de la escuela nos permite acercarnos a espacios alternativos de comunicación y de producción de cultura, en los que son posibles nuevas formas de encuentro con otrxs. Son estos consumos culturales los que dan sustento a la posibilidad de producir sentidos disruptivos con respecto a los discursos culturales hegemónicos. Esos sentidos propios, nutridos de la mirada que recorrió el aquí y ahora de la obra, siguen resonando en el aula al volver de las salidas y al poner en juego lo visto, lo vivido, lo actuado.
Consideramos que es fundamental que las prácticas de nuestros espacios curriculares habiliten esta producción subjetiva de sentidos que encarne una trayectoria cultural que pueda desandar los dispositivos instaurados por la cultura hegemónica. Es allí donde es posible migrar de meros “consumidores” a “productores “ de hechos culturales. Es sabido que se ha democratizado, en las últimas décadas, el acceso a las distintas manifestaciones culturales y comunicacionales que nos rodean y que circulan de manera global, pero no ocurre lo mismo con los medios de producción de la cultura masiva. En este sentido, creemos en una escuela que sea productora de cultura, y no reproductora, que posibilite entonces la resignificación de los sentidos hegemónicos.
Nos parece interesante, en relación a los aportes que nos hacen las artes como el teatro y la danza, considerar la idea de teatralidad, como la cualidad que una mirada otorga a una persona, que se exhibe consciente de ser mirado mientras está teniendo lugar un espectacular juego de engaño o fingimiento. Es por esto que la teatralidad supone un modo consciente de la representación. El elemento inicial para empezar a entenderla es la mirada del otro; este es su desencadenante. Todo fenómeno de teatralidad, social o artística, se construye a partir de un tercero que está mirando, el espectador. Este otro es necesario para que la situación teatral, y toda obra de arte, exista.

Nos proponemos visibilizar, interpelar en el imaginario de lxs estudiantes, luego maestrxs, los modos de construcción como espectadores-productores, activxs/activistxs en el entramado de la obra y su contexto social.

Palabras clave: experiencia-mirada-teatralidad-producción-pluralidad

Autores primarios

Materiales de la presentación

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