Descripción
Entre la cultura estética escolar y la cultura del celular, entre la función didáctica y la expresiva, la “cultura del arte” en los profesorados, se abre paso para re- organizar, cuestionar, o poner en evidencia órdenes de la mirada instituidos o llevar a la práctica nuevos lógicas de producción, que produzcan nuevos sentidos en la formación docente generalista, que involucren formas de producción más personales.
De esta primer enunciado o problema, podemos hacer funcionar preguntas que nos permitan re- situarnos en los debates surgidos de las investigaciones que venimos desarrollando, que se plantean, desde el vínculo educación- arte en los profesorados para las enseñanzas de los niveles inicial y primario. De dichos debates, puntualizaremos en aquellas instancias que proponen el arte como conocimiento y del desarrollo de las subjetividades puestas en juego en el territorio común de la educación pública.
Focalizar estos cuestionamientos desde conceptualizaciones de la estética, historia y prácticas del arte es la intención de este trabajo, para bosquejar un posible – y parcial- sondeo de temáticas que, venidos de este campo, entran a tensionar o a interpelar usos, costumbres y modismos pedagógicos.
¿Qué concepciones sociales, políticas acerca del arte implican estas intervenciones pedagógicas artísticas? ¿cuáles modos artísticos son privilegiados, cuales relegados, como intervienen o se hacen concientes los propios modos naturalizados?
Entendemos la actividad artística como un modo de experiencia que pone en relevancia el acto de creación, la expresión de la subjetividad, la producción o invención de obras, procesos de percepción y de conocimiento sensible específicos, la observación y la atención, un modo de estar desde el cuerpo, búsquedas conceptuales y materiales, y el acceso a obras del acervo humano, que constituyen como dice eduardo Grüner una memoria de la especie.
En un contexto de educación formal de formación docente no- artística, la demanda y luego inclusión de materias artísticas indica – creemos- una apuesta a una educación más integral, más rica, que implica saberes “laterales” emocionales, conceptuales, imaginativos. Esta situación debe comprenderse en dos niveles 1) en relación a la propia experiencia de lxs estudiantes futuros docentes, en beneficio personal en tanto formación integral, como forma de capacitación docente y 2) en tanto saberes posibles de transponer en el aula. Creo central la cuestión de que es una formación no artística, y que esto podría ser uno de los factores por el cual se tensionan los proyectos puestos en marcha entre la posibilidad de sumergirse en lo artístico y la necesidad de constituirse en un aporte pedagógico concreto o didáctico.
El problema forma- contenido en el arte: considero este un posible foco de pensamientos y debates del cual podamos re- posicionarnos para la discusión del eje arte como herramienta. La obra de arte tomada desde su “contenido” o tema, diferenciado de su forma o sin tener en cuenta su tratamiento, creo puede ser unos de los aspectos que parcializan el arte o lo “domestican” para su uso didáctico. El uso de películas o canciones que “sirvan” para que “ilustren” el tema que quiero dar, sería un claro ejemplo de ello. De hecho, abundan obras de teatro o títeres, cuentos, que casi por encargo “hablan” de temas convenientes a la demanda social: el divorcio, la discriminación, la educación sexual, etc. En qué del arte nos fijamos cuando se lo toma como herramienta entonces: ¿en su tema, en su forma? ¿ para que nos sirve? ¿ en que instancias se banaliza o se instrumentaliza perdiendo o dejando de ser si mismo ?
Esto nos lleva a otro posible problema analizado en el campo de la historia del arte y la estética: la relación entre la producción de la obra de arte y su público: el vínculo arte- sociedad. Problema arduo que creo también nos servirá para este debate. Este problema (igual de complejo y cambiante que el problema entre el contenido y la forma), rebota sobre el otro: para decirlo llanamente ¿es la obra reflejo de la realidad o una construcción? También, para responder de forma rápida: es las dos cosas desde ciertos puntos de vista. Aunque de ninguna manera reflejo puro, la obra podríamos decir captura, re- estructura, se embebe y a veces decide claramente tomar temáticas de su realidad social, a la vez, que lo hace desde su propia materialidad y desde una poética. Pero la poética, la forma decididamente es parte de la obra, es parte del “tema” de la obra, de lo que dice. En esta dinámica arte- sociedad también se puede entender el arte como la presencia de un nuevo ser, un nuevo existente del mundo que nos interpela y que interviene con los demás existentes.