Descripción
Con el advenimiento de las tecnologías en las aulas y “nuevos modos de hacer las cosas” se suele considerar que la biblioteca escolar tal como se conoce está destinada a caer en desuso a lo largo de los años venideros. Si bien, en el nivel Inicial y Primario su rol es aún de gran importancia, en los otros comienza a hacerse más palpable esta cuestión y a cuestionarse su función.
La Biblioteca Escolar está inmersa en la realidad institucional pero también sumida en la sociedad donde está inserta. Las posibilidades de formación tanto de alumnos, docentes como a la comunidad educativa en general pocas veces es aprovechada a su máximo potencial. El imaginario colectivo reduce a esta unidad de información en un lugar donde solamente se albergan libros y personas que los leen, pasando por alto que dentro y fuera de sus paredes, no hay límites de trabajo, entre varias opciones hoy es posible desarrollar investigaciones, proteger y promover la cultura general y del medio en la que se encuentra, generar situaciones de enseñanza, innovar desde su propio espacio, crear propuestas para el aprendizaje, formar y alfabetizar en información a sus usuarios.
No se tiene más que observar y advertir en las Directrices de la IFLA/UNESCO para las Bibliotecas Escolares su papel fundamental en la enseñanza y el aprendizaje para todos. La igualdad de acceso, su participación en la sociedad y la educación continua a lo largo de la vida, son algunos de los ejemplos que son llevados a través de la tarea que desarrollan los bibliotecarios escolares y que, por medio de éstos se internalizan en toda su comunidad educativa.
Sin embargo, en reiteradas ocasiones la experiencia muestra que el bibliotecario escolar en su rol de mediador y educador es uno de los pilares fundamentales en la educación del siglo XXI y más aún en la Biblioteca Escolar. El profesional de la información es un sujeto activo e implicado no sólo con la realidad y las necesidades de la institución sino también con la de sus alumnos, con especial atención al modo en que estos últimos se interrelacionan, ya que cada vez más lo hacen a través de medios tecnológicos y virtuales.
Desde esta mirada y ante la necesidad del cumplimiento de su misión y adecuarse a los tiempos, por medio del uso dinámico de todos los soportes informativos, la conceptualización hace hincapié en una Biblioteca Escolar no solo como Centro de Recursos para el aprendizaje con una mirada multimedia, activa, estimulante, formativa, participativa, actualizada, recreativa, preparadora e incluyente de todos los avances tecnológicos en materia de almacenamiento y transmisión de información. Sino también en una institución generadora de situaciones de aprendizajes, activadora del pensamiento, dinamizadora de ideas y proyectos, desarrollando en cada usuario, el aprender a ser, el saber ser y el aprender a aprender.
Hoy en día la Sociedad de la Información y del Conocimiento requiere de un sujeto activo, crítico, en continua construcción, capaz de definirse para encarar el futuro. Para lo cual el profesional se deberá comprometer y emplazar al servicio todo su conocimiento para desempeñar su labor y reinventarse como nuevo mediador entre la información, la formación y la recreación de este individuo. Redescubrir las posibilidades que brinda la Biblioteca Escolar es de vital importancia. Tanto el profesional como la institución escolar son un eslabón primordial en la educación anhelada en las Metas Educativas 2021, que con su bagaje y formación serán los grandes colaboradores y gestores del siglo para enfrentar los nuevos desafíos.
Palabras clave: Biblioteca Escolar – Enseñanza – Bibliotecario Escolar – Aprendizaje - Tecnologías
