Descripción
La formación de los docentes que se desempeñan en la enseñanza de la Odontología tiene diversas dimensiones de relevancia. La articulación de la teoría y la práctica se torna un eje central que se da en todas las asignaturas, particularmente en las preclínicas y las clínicas orientadas a la construcción de los aprendizajes complejos de la práctica profesional. La práctica, en cuanto espacio de acción formativa que se desarrolla como la aplicación y construcción de conocimientos, se convierte en el espacio preponderante de la actividad del estudiante. En estos espacios se construyen conocimientos prácticos, habilidades y estrategias de pensamiento esenciales (Frabboni, 1994; Muñoz y Noriega, 1996) que les permitirán a los estudiantes enfrentar diferentes situaciones en vistas de su formación y de su práctica profesional. El estudiante de Odontología durante su proceso de formación y luego en su práctica profesional diaria se enfrenta a una multitud de interrogantes y problemas, para los cuales debe encontrar respuestas y soluciones que van a dar forma a su decisión e intervendrán en procesos futuros. (Ardila Medina Carrera, 2009; Horvat, 2009; Spadaro, 2009)
Para acompañar estas instancias de formación en la práctica, los docentes despliegan diferentes estrategias que se orientan al seguimiento. Entre las que implementan con mayor frecuencia se encuentran: la supervisión de los desempeños y el seguimiento de las acciones mediante el empleo de listas de cotejo. Gran parte del colectivo docente, busca generar instancias de evaluación formativa del desempeño donde puedan evaluar los conocimientos en situaciones prácticas. (Canale, 2007; Camilloni, Celman y Litwin,2001; Litwin y Fernández, 1982). De este modo se alejan de una evaluación de carácter sumativa que queda asociada únicamente a los componentes cognitivos del aprendizaje. La evaluación en la práctica es llevada a cabo por los docentes con una mirada puesta en la posibilidad de realizar los ajustes necesarios en los procesos de aprendizaje y enseñanza con el propósito de alcanzar los logros previstos. Sin embargo, esta mirada no es suficiente para generar cambios y transformaciones en el desempeño de los estudiantes. La evaluación formativa concebida de este modo conserva una priorización de la mirada docente sobre la actividad del estudiante, un “saber hacer” desde el cual se valoran las prácticas (Hamodi, López Pastor y López Pastor, 2015; Litwin, 1998). Esta situación dificulta, en gran medida, la revisión por parte del mismo estudiante sobre su propio desempeño y en consecuencia una baja modificación de las prácticas puesto que no hay una visibilización personal sobre los conocimientos que subyacen dichas acciones. La formación de los estudiantes necesita desde esta situación un cambio de perspectiva que incluya la práctica reflexiva. (Maestre, Szyld, Del Moral, Ortiz y Rudolph, 2014; Nolla Domenjó, 2006)
En este escenario y con el objetivo de introducir una mirada nueva sobre la evaluación formativa, propusimos a los cursantes de la carrera docente de la Facultad de Odontología de la Universidad de Buenos Aires, desarrollar una experiencia de evaluación diferente. En el espacio curricular de “Práctica docente” implementamos dos técnicas articuladas que buscan abordar el desempeño práctico desde esta nueva mirada de la evaluación formativa. Por una parte, se introdujo a los docentes en la técnica de observación y “registro denso” de las prácticas de los estudiantes, como técnica transversal de formación (Andreozzi, 1996; Anijovich, Cappelletti, Mora y Sabelli, 2009; Anijovich, 2010; Anijovich y González, 2011; Nicastro y Andreozzi, 2003) Y por otra parte se los introdujo en la técnica del Debriefing que consiste en un intercambio entre el docente y el alumno, centrado en las vivencias del estudiante ante una práctica formativa. (Fanning y Gaba, 2007; Maestre, Szyld, Del Moral, Ortiz y Rudolph, 2014; Nolla Domenjó, 2006) En este intercambio docente y alumno entran en un “diálogo” durante el cual se exploran, analizan y sintetizan las acciones, junto con los procesos del pensamiento y experiencias emocionales para identificar y poner de manifiesto los modelos mentales que subyacen a las actuaciones prácticas. De este modo, el estudiante en reflexión con el docente descubre y verbaliza los argumentos que dan origen a sus acciones. Este reconocimiento y verbalización le permite operar con sus propias acciones y cogniciones, asumir una postura crítica sobre su actuación a la vez que le permite tomar decisiones sobre prácticas futuras. En este diálogo con el docente podrá proyectar situaciones futuras y anticipar prácticas en relación con el desempeño actuado.
En el transcurso de desarrollo de la propuesta formativa los docentes asisten a encuentros presenciales donde se trabaja sobre las técnicas de la observación/registro y debriefing. Luego, el resto del semestre trabajan en espacios de tutoría en pequeños grupos con una docente que acompaña la realización de la observación, los registros de las prácticas, la confección de las preguntas del debriefing y la implementación del diálogo.
Durante el desarrollo de la actividad, los docentes se introducen paulatinamente en la propuesta y se apropian del enfoque planteado. Y si bien experimentan la dificultad inicial de posicionarse desde un rol nuevo, una vez que se nutren de la propuesta se la apropian con gran entusiasmo. La experiencia de desarrollo de esta actividad lleva tres cohortes de implementación y ha tenido una muy buena repercusión entre los docentes y alumnos. En este trabajo compartimos el desarrollo realizado, junto con los resultados y logros alcanzados desde los aportes de quienes fueron actores esenciales de la práctica propuesta.
Palabras claves: Observación, registro y debriefing; formación docente; enseñanza de la Odontología
